Su infancia
Nuestro poeta tuvo dos hermanos ( Luis, que morirá siendo aún niño a los dos años)y Francisco, y dos hermanas (Concha e Isabel).Será su madre (que al casarse dejó la escuela) quien le enseñe las primeras letras. Decía la madre:-Antes de hablar, Federico tarareaba ya las canciones populares y se entusiasmaba con la guitarra.
A los 4 años va a la escuela de Fuente Vaqueros con D. Antonio Rodríguez Espinosa (con quien estará después en Almería) este maestro dirá de Lorca que jugaba a uno de sus juegos favoritos diciendo misa y predicando un sermón.El propio Lorca dirá que le gustaba jugar de chico a decir misas, hacer altares,construir teatritos…Ya se manifestaban sus innatas cualidades teatrales.
De su niñez recordará también la influencia que en él y en su obra posterior tuvieron las “criadas” de su casa de las que aprendió romances y canciones… Siendo niño pudo escuchar en su casa todas las formas del canto y del folclore andaluz: seguidillas, peteneras, soleares, granadinas… Miles de veces, acompañándose al piano, las cantará, a lo largo de su vida, para sus amigos, en distintas reuniones.
En 1907 la familia se traslada a vivir a Asquerosa, a cuatro km. de Fuente Vaqueros desde 1942 este pueblo se llamará Valderrubio (debido al cultivo de tabaco). Lorca no volverá a vivir ya a Fuente Vaqueros.Toda mi infancia es pueblo. Pastores, campos, cielo, soledad. Sencillez en suma.
Yo tengo un gran archivo en los recuerdos de mi niñez de oír hablar a la gente. Mis más lejanos recuerdos de niño tienen sabor de tierra… Los bichos de la tierra, los animales, las gentes campesinas .Federico diría de su hogar que fue el tesoro más grande que le acordó el destino.
Una tía paterna que vivió con ellos hasta su boda enseñó a Federico a tocar la guitarra y a cantar flamenco.Ya de mayor diría a un periodista ” He tenido una infancia muy larga, y de esa infancia tan prolongada me ha quedado esta alegría, mi optimismo inagotable…Un año antes de morir, dirá “ Esta risa de hoy es mi risa de ayer, mi risa de infancia y de campo, mi risa silvestre, que yo defenderé siempre, siempre, hasta que me muera”.
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